El psicólogo te enseña una serie de
habilidades, estrategias y técnicas para poder afrontar tus problemas hasta
lograr superarlos ó bien para ayudarte a conseguir tus metas y objetivos. No
solamente se centra en lo actual, sino que te entrena para que no recaigas y
para que el aprendizaje se mantenga a lo largo del tiempo.
En definitiva, te proporciona los recursos necesarios para que tomes las
riendas de tu vida. Es importante recordar que su función no es hacer las cosas
por ti, sino acompañarte en tu camino para que no te pierdas y servirte de guía
y apoyo, siendo de vital importancia tu trabajo y tu esfuerzo.
Su tarea es distinta de la de un psiquiatra. Mientras que el psiquiatra es
el médico que diagnostica y receta fármacos, el psicólogo es el que, con ese
diagnóstico, analiza las dificultades específicas del paciente en su vida
cotidiana elaborando un tratamiento adecuado a sus necesidades.
Desde la Psicología se trabajan problemas emocionales tales como las fobias o miedos, la ansiedad, la depresión, las obsesiones o las adicciones (ludopatía o adicción al juego, alcoholismo, tabaquismo, adicción a las nuevas tecnologías…), entre otras. Las dificultades en materia de habilidades sociales, que incluyen el hablar en público, ligar, e incluso establecer nuevas relaciones de amistad, y también los problemas familiares, de pareja o sexuales, inclusive problemas de comportamiento infantil y adolescente, son tareas a tratar por un psicólogo. No obstante, son muchas más las problemáticas que pueden solucionarse con ayuda de un psicólogo a través de estrategias de cambio que lleven a su afrontamiento y superación.
¿Cuándo debo ir al psicólogo?
En ocasiones no sabemos si el psicólogo es
el profesional adecuado para ayudarnos a solucionar nuestro problema, incluso
aunque sepamos qué es y a qué se dedica. Es por ello que a continuación se
redactan cuáles son las situaciones en las cuales uno debería consultar con un
psicólogo.
De este modo, cuando existe una sola de las siguiente razones, debes acudir
al psicólogo, que evaluará la situación y determinará si puede ayudarte
(Sevilla y Pastor, 1991):
- Cuando existe “dolor emocional” en forma de emociones negativas intensas como: depresión, miedo, pánico, ira, desesperación...
- Cuando se tiene un problema que desborda a la persona, es decir, le dificulta o impide vivir de la forma que desea o le produce gran malestar y sufrimiento.
- Cuando otros especialistas (médicos, psiquiatras...) nos aconsejan la necesidad de buscar tratamiento psicológico.
- Cuando te percatas de las dificultades de un ser querido que se ve afectado por el problema o apunta la necesidad de buscar una solución, no dándose cuenta por sí mismo de que necesita tratamiento psicológico.
- Cuando se ve afectada una o varias áreas de tu vida (relaciones de pareja o de familia, trabajo, descanso, alimentación, proyectos, calidad de vida, salud...)
- Cuando después de seguir un tratamiento farmacológico los resultados no son todo lo satisfactorios que deseas.
- Cuando, aunque no tengas ningún problema, quieres llevar una vida más plena y feliz.
Si después de leer esta publicación tienes alguna duda o crees que necesitas apoyo psicológico, no dudes en consultar con nosotros.